Tipos de viviendas hay muchos y
lugares para residir, otros tantos. Las personas que vivan en un piso no
encontrarán una gran utilidad en la información de este artículo pero sí lo
harán, por el contrario, todas aquellas personas que vivan o tengan un negocio
a pie de calle, y estén cansadas de que los perros de la zona terminen todos
orinando en la entrada o en las esquinas de su casa.
A continuación te daremos algunos
trucos infalibles para que puedas librarte de esta molesta situación. ¡Y nada
de complicaciones! Todos remedios caseros muy fáciles de aplicar.
Truco 1: Limón
Puedes probar a mezclar el zumo
de uno o dos limones con dos tazas de agua y luego rociarlo por los lugares
donde los perros suelen orinar: ya sea la alfombra, la puerta o las esquinas de
la casa.
Truco 2: Alcohol blanco
Se trata del mismo truco pero en
este caso en vez de limón usando alcohol blanco. La mezcla incluye una taza de
alcohol con dos de agua. Cuando esté lista pulverízala por las zonas a tratar.
Truco 3: Cayena
La cayena es un alimento muy
fuerte que debe parte de su poder a una sustancia llamada capsaicina. La
cuestión es que es muy irritante y tiene un olor para los perros algo fuerte
por lo que muy probablemente no quieran orinar en los lugares donde se
encuentre concentrado este olor. Puedes cortarlo en trocitos o conseguirlo en
polvo y esparcirlo.
Truco 4: Vinagre
No tiene un olor muy agradable
para los perros así que puedes rociarlo por las zonas a tratar para evitar que
estos se acerquen a hacer pis en ellas.
Truco 5: Amoníaco
Mezcla un poquito de agua con
amoniaco: media taza de este con dos de agua. Luego espárcela por los lugares a
tratar y verás qué bien te va. Igual que pasa con el vinagre, no tiene un olor muy
agradable para los perros.
Y hasta aquí los trucos que nos
han parecido más interesantes para compartir contigo y evitar que los perros orinen en tu puerta. Si lo piensas bien,
seguro que tienes algo de esto en casa por lo que fabricarte un potente repelente
aparte de ser fácil no te costará nada.
La razón por la que estos métodos
funcionan a pesar de ser tan sencillos es porque los perros se guían por el
olfato. Por tanto, si sienten un olor muy desagradable van a elegir otro sitio
para hacer sus necesidades.
Fácil, barato y efectivo. ¿Qué
más se puede pedir?
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